En Corea de Norte, las viviendas son gratuitas, el trabajo un derecho, y no solamente una obligación, y la sanidad, el ocio y la cultura, entre otros, están al servicio del trabajador y lejos de ser un negocio para beneficio de algunos.
En Corea del Sur, se ve claramente la diferencia entre los que tienen dinero y los que mueren de hambre, los que pueden pagarse la casa, y los que viven entre miseria y pobreza, todo ello fruto de un sistema en el que, como sucede en todos los países sometidos a las tiranías capitalistas, los derechos se convierten en privilegios si puedes comprarlos y en mero humo sí, ya sea por no tener trabajo o por recibir un salario miserable en el que has encontrado, no puedes pagar la visita al médico, la educación o incluso una casa decente.
En la imagen, en la Corea del Norte, podemos ver una panorámica de los edificios residenciales gratuitos del barrio de Mansungdae, Pyongyang. También se observa la torre terminada del nuevo hotel Ryugyong, al fondo a la izquierda.
Abajo, el brutal contraste entre el centro de Seul y, a solo 5 minutos de este, el barrio de Guyrong, un gueto de pobreza donde se agolpan miles de habitantes. Una imagen, por otro lado, para nada sorprendente para aquellos que vivimos en un país capitalista, y que, además, es imposible de encontrar en todo el territorio de Corea del Norte (tan imposible como el desempleo, el analfabetismo o las dificultades de acceso a la sanidad).
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