El ex judio que se las vio, en solitario, con la supremacia judia criminal y mafiosa.
Los que se hacian llamar “judios” acuñaron el termino “anti-semitismo” como una palabra de papanicolau, como una cortina de humo para el comunismo.
BENJAMIN FREEDMAN (El desertor que advierte a America del peligro)
Benjamin H. Freedman fue uno de los individuos más intrigantes e impresionantes del siglo XX. El Sr. Freedman, nacido en 1890, fue un hombre de negocios judío con mucho éxito de Nueva York, quien fue una vez el propietario principal de la compañía de sopa Woodbury. Rompió con el judaísmo organizado después de la victoria judeo-comunista de 1945, y pasó el resto de su vida gastando una parte considerable de su fortuna, al menos 2.5 millones de dólares, en exponer la tiranía judía que había envuelto a los Estados Unidos. El Sr. Freedman sabía de lo que estaba hablando porque había estado en las posiciones más altas de las organizaciones judías y sus maquinaciones para ganar poder en la nación. El Sr. Freedman estaba relacionado personalmente con Bernard Baruch, Samuel Untermeyr, Woodrow Wilson, Franklin Roosevelt, Joseph Kennedy, y John F.Kennedy, y otros muchos personajes de nuestro tiempo. Este discurso se dio ante una audiencia patriótica en 1961 en el Hotel Willard en Washington, D.C., con el apoyo del periódico patriótico de la época del Conde McGinely “Common Sense”. Aunque en algunos medios menores este discurso amplio y fuera de época ha sido citado, el mensaje esencial del Sr. Freedman para nosotros – su aviso para el Oeste – es más urgente que nunca.
Aquí en los Estados Unidos, los Sionistas y sus correligionarios han formado el control de nuestro gobierno. Por muchas razones, demasiadas y complejas para discutir ahora, los Sionistas y sus correligionarios gobiernan los Estados Unidos como si fueran los monarcas absolutos de este país. Ahora debéis pensar que esa afirmación es muy amplia, pero dejad que os demuestre qué pasó mientras estábamos dormidos. ¿Qué pasó? La Primera Guerra Mundial empezó en el verano de 1914. Hay muy poca gente de mi edad aquí que lo recuerde. Esa guerra estaba compuesta por un lado por Gran Bretaña, Francia y Rusia; y en el otro por Alemania, el imperio Austro-Húngaro y Turquía.
En dos años, Alemania había ganado la guerra: no sólo la ganó nominalmente, la ganó finalmente. Los submarinos alemanes, que eran una sorpresa para el mundo, habían barrido a todos los enemigos del Océano Atlántico. Gran Bretaña seguía allí sin munición para sus soldados, con un suministro de comida para una semana – y después de eso, el hambre. En ese momento, la armada francesa organizó un motín. Habían perdido 600.000 jóvenes franceses en defensa de Verdún en el Somme. La armada rusa estaba mermada, estaban recogiendo y marchándose a casa, no querían jugar más a la guerra, no les gustaba el Zar.
Y la armada italiana estaba colapsada. No se había disparado ni una sola vez contra suelo alemán. Ningún soldado enemigo había cruzado la frontera alemana. Y además, Alemania estaba ofreciéndole a Inglaterra la paz. Ofrecieron a Inglaterra una paz negociada que los abogados llaman un “status quo ante basis”. Esto significa: “Digamos que la guerra ha terminado, y pongamos las cosas como estaban antes de que empezara.” Inglaterra, en el verano de 1916 estaba considerándolo seriamente. No tenían elección. Era aceptar esta paz negociada que Alemania estaba ofreciendo magnánimamente, o seguir con la guerra y acabar vencidos totalmente.
En dos años, Alemania había ganado la guerra: no sólo la ganó nominalmente, la ganó finalmente. Los submarinos alemanes, que eran una sorpresa para el mundo, habían barrido a todos los enemigos del Océano Atlántico. Gran Bretaña seguía allí sin munición para sus soldados, con un suministro de comida para una semana – y después de eso, el hambre. En ese momento, la armada francesa organizó un motín. Habían perdido 600.000 jóvenes franceses en defensa de Verdún en el Somme. La armada rusa estaba mermada, estaban recogiendo y marchándose a casa, no querían jugar más a la guerra, no les gustaba el Zar.
Y la armada italiana estaba colapsada. No se había disparado ni una sola vez contra suelo alemán. Ningún soldado enemigo había cruzado la frontera alemana. Y además, Alemania estaba ofreciéndole a Inglaterra la paz. Ofrecieron a Inglaterra una paz negociada que los abogados llaman un “status quo ante basis”. Esto significa: “Digamos que la guerra ha terminado, y pongamos las cosas como estaban antes de que empezara.” Inglaterra, en el verano de 1916 estaba considerándolo seriamente. No tenían elección. Era aceptar esta paz negociada que Alemania estaba ofreciendo magnánimamente, o seguir con la guerra y acabar vencidos totalmente.
Mientras esto ocurría, los Sionistas en Alemania, que representaban a los Sionistas de la Europa del Este, fueron al Gabinete de Guerra Británico y – voy a ser breve porque es una larga historia, pero tengo todos los documentos que prueban cualquier afirmación que haga – dijeron: “Miren aquí. Aún pueden ganar esta guerra. No tienen que rendirse. No tienen que aceptar la paz negociada que les ofrece Alemania. Pueden ganar esta guerra si los Estados Unidos se convierten en su aliado.” Estados Unidos no estaban en la guerra en ese momento. Estábamos frescos; éramos jóvenes; éramos ricos; éramos poderosos.
Le dijeron a Inglaterra: “Les garantizamos traer a Estados Unidos a la guerra como su aliado, para luchar a su lado, si nos prometen Palestina después de ganar la guerra.” En otras palabras, hicieron este trato: “Traeremos a los Estados Unidos a la guerra como su aliado. El precio que deben pagar es Palestina después de que hayan ganado la guerra y vencido a Alemania, el imperio Austro-Húngaro y Turquía.” Inglaterra tenía tanto derecho de prometer Palestina a cualquiera como los Estados Unidos de prometer Japón a Irlanda por cualquier motivo. Es absolutamente absurdo que Gran Bretaña, que nunca tuvo conexión alguna, interés o derecho en Palestina, debiera prometerla como moneda de pago para que los Sionistas trajeran a Estados Unidos a la guerra. Sin embargo, hicieron esta promesa en octubre de 1916. Y poco después de esto – no sé cuántos aquí lo recuerdan – Estados Unidos, que estaba totalmente a favor de Alemania, entraron en la guerra como aliados de Gran Bretaña.
Le dijeron a Inglaterra: “Les garantizamos traer a Estados Unidos a la guerra como su aliado, para luchar a su lado, si nos prometen Palestina después de ganar la guerra.” En otras palabras, hicieron este trato: “Traeremos a los Estados Unidos a la guerra como su aliado. El precio que deben pagar es Palestina después de que hayan ganado la guerra y vencido a Alemania, el imperio Austro-Húngaro y Turquía.” Inglaterra tenía tanto derecho de prometer Palestina a cualquiera como los Estados Unidos de prometer Japón a Irlanda por cualquier motivo. Es absolutamente absurdo que Gran Bretaña, que nunca tuvo conexión alguna, interés o derecho en Palestina, debiera prometerla como moneda de pago para que los Sionistas trajeran a Estados Unidos a la guerra. Sin embargo, hicieron esta promesa en octubre de 1916. Y poco después de esto – no sé cuántos aquí lo recuerdan – Estados Unidos, que estaba totalmente a favor de Alemania, entraron en la guerra como aliados de Gran Bretaña.
Digo que estaban a favor de Alemania porque los periódicos aquí estaban controlados por judíos, los banqueros eran judíos, todos los medios de comunicación en este país estaban controlados por judíos; y los judíos estaban a favor de Alemania. Eran pro-alemanes porque muchos de ellos habían venido de Alemania, y querían ver como Alemania aplastaba al Zar. A los judíos no les gustaba el Zar y no querían que Rusia ganara esta guerra. Estos banqueros judeo-alemanes, como Kuhn Loeb y otras compañías bancarias importantes en Estados Unidos, rechazaron financiar a Francia o Inglaterra. Se quedaron a un lado y dijeron: “Mientras Francia e Inglaterra estén unidas a Rusia, ¡ni un céntimo!”.
Pero arrojaron dinero sobre Alemania, lucharon al lado de Alemania contra Rusia, tratando de destruir el régimen zarista. Esos mismos judíos, cuando vieron la posibilidad de conseguir Palestina, fueron a Inglaterra a realizar este acuerdo. En ese momento, todo cambió, como un semáforo que cambia de rojo a verde. Cuando los periódicos habían sido pro-alemanes, cuando habían hablado de las dificultades que Alemana tenía al luchar contra Inglaterra en muchos aspectos, de pronto los alemanes no eran buenos. Eran villanos. Eran hunos. Estaban disparando contra enfermeras de la Cruz Roja. Cortaban las manos de los bebés. No eran buenos. Poco después, el Sr. Wilson declaró la guerra a Alemania.
Pero arrojaron dinero sobre Alemania, lucharon al lado de Alemania contra Rusia, tratando de destruir el régimen zarista. Esos mismos judíos, cuando vieron la posibilidad de conseguir Palestina, fueron a Inglaterra a realizar este acuerdo. En ese momento, todo cambió, como un semáforo que cambia de rojo a verde. Cuando los periódicos habían sido pro-alemanes, cuando habían hablado de las dificultades que Alemana tenía al luchar contra Inglaterra en muchos aspectos, de pronto los alemanes no eran buenos. Eran villanos. Eran hunos. Estaban disparando contra enfermeras de la Cruz Roja. Cortaban las manos de los bebés. No eran buenos. Poco después, el Sr. Wilson declaró la guerra a Alemania.
Los sionistas en Londres habían enviado cables a los Estados Unidos, a Justice Brandeis, diciendo “Id a ver al Presidente Wilson. Estamos consiguiendo lo que queremos de Inglaterra. Id a ver al presidente Wilson y meted a los Estados Unidos en la guerra”. Así fue como los Estados Unidos entraron en la guerra. No teníamos más interés en ello; no teníamos más derecho de estar dentro, que estar en la luna esta noche en vez de en esta habitación. No había ninguna razón para que la Primera Guerra Mundial fuera nuestra guerra.
Nos metieron dentro – si puedo ser vulgar, nos chuparon – de esta guerra meramente para que los Sionistas del mundo obtuvieran Palestina. De eso nunca se ha hablado a la gente de Estados Unidos. Nunca supieron porque fuimos a la Primera Guerra Mundial. Después de entrar en la guerra, los Sionistas fueron a Gran Bretaña y dijeron: “Bien, nosotros hicimos nuestra parte del trato. Pongamos por escrito que van a mantener su deuda y nos van a dar Palestina después de ganar la guerra”.
No sabían si la guerra iba a durar otro año o diez más. Por eso empezaron a pensar en un recibo. El recibo tomó la forma de una carta, en un lenguaje muy críptico para que el mundo al completo no supiera de qué iba. Y esto es lo que se llama la Declaración Balfour. Esta declaración fue la mera promesa de Gran Bretaña de pagar a los Sionistas con lo que habían acordado al traer a los Estados Unidos a la guerra. Por eso esta maravillosa Declaración Balfour, de la que habéis oído hablar tanto, es tan falsa como un billete de tres dólares. No creo poder hacerlo más enfático que esto.
Nos metieron dentro – si puedo ser vulgar, nos chuparon – de esta guerra meramente para que los Sionistas del mundo obtuvieran Palestina. De eso nunca se ha hablado a la gente de Estados Unidos. Nunca supieron porque fuimos a la Primera Guerra Mundial. Después de entrar en la guerra, los Sionistas fueron a Gran Bretaña y dijeron: “Bien, nosotros hicimos nuestra parte del trato. Pongamos por escrito que van a mantener su deuda y nos van a dar Palestina después de ganar la guerra”.
No sabían si la guerra iba a durar otro año o diez más. Por eso empezaron a pensar en un recibo. El recibo tomó la forma de una carta, en un lenguaje muy críptico para que el mundo al completo no supiera de qué iba. Y esto es lo que se llama la Declaración Balfour. Esta declaración fue la mera promesa de Gran Bretaña de pagar a los Sionistas con lo que habían acordado al traer a los Estados Unidos a la guerra. Por eso esta maravillosa Declaración Balfour, de la que habéis oído hablar tanto, es tan falsa como un billete de tres dólares. No creo poder hacerlo más enfático que esto.
Aquí es donde empezó todo el problema. Estados Unidos entró en la guerra. Estados Unidos aplastó a Alemania. Sabéis lo que pasó. Cuando la guerra terminó y los alemanes fueron a París a la Conferencia de Paz en 1919, había 117 judíos, como la delegación representante de los judíos, encabezados por Bernard Baruch. Yo estaba allí: Debía saber. ¿Qué pasó? Los judíos en esa conferencia de paz, cuando estaban cortando Alemania y parcelando Europa para esas naciones que clamaban el derecho de una cierta parte de territorio europeo, dijeron, “¿Qué pasa con darnos Palestina?” Y sacaron, para sorpresa de los alemanes, la Declaración Balfour.
Por eso los alemanes, se dieron cuenta por primera vez, “¡Oh, así que ese era el juego!”. “Por eso Estados Unidos entraron en la guerra. “Los alemanes por primera vez se dieron cuenta que estaban vencidos, sufrían las horribles reparaciones que les impusieron, porque los Sionistas querían Palestina y estaban dispuestos a conseguirla a cualquier precio. Eso nos lleva a otro punto muy interesante. Cuando los alemanes se dieron cuenta, naturalmente se resintieron. Hasta ese momento, los judíos no habían estado mejor considerados en ningún país del mundo que en Alemania. Allí estaba el Sr. Rathenau que tenía una industria 100 veces más importante que Bernard Baruch en este país. El Sr. Balin, que era el dueño de dos grandes líneas de vapor, el norteño Lloyd y las líneas Hamburgo-Americanas. El Sr. Bleichroder, que era el banquero de la familia Hohenzollern. Estaban los Warburg en Hamburgo, que eran los grandes banqueros mercantes – el más grande en el mundo. Los judíos estaban muy bien en Alemania. No hay nada que decir sobre eso. Los alemanes sintieron lo siguiente: “Bien, nos han vendido.”
Por eso los alemanes, se dieron cuenta por primera vez, “¡Oh, así que ese era el juego!”. “Por eso Estados Unidos entraron en la guerra. “Los alemanes por primera vez se dieron cuenta que estaban vencidos, sufrían las horribles reparaciones que les impusieron, porque los Sionistas querían Palestina y estaban dispuestos a conseguirla a cualquier precio. Eso nos lleva a otro punto muy interesante. Cuando los alemanes se dieron cuenta, naturalmente se resintieron. Hasta ese momento, los judíos no habían estado mejor considerados en ningún país del mundo que en Alemania. Allí estaba el Sr. Rathenau que tenía una industria 100 veces más importante que Bernard Baruch en este país. El Sr. Balin, que era el dueño de dos grandes líneas de vapor, el norteño Lloyd y las líneas Hamburgo-Americanas. El Sr. Bleichroder, que era el banquero de la familia Hohenzollern. Estaban los Warburg en Hamburgo, que eran los grandes banqueros mercantes – el más grande en el mundo. Los judíos estaban muy bien en Alemania. No hay nada que decir sobre eso. Los alemanes sintieron lo siguiente: “Bien, nos han vendido.”
Era una venta que podía compararse con esta situación hipotética: supongamos que Estados Unidos está en guerra con la Unión Soviética. Y estamos ganando. Y les decimos a los soviéticos: “Bien, nos retiramos. Os ofrecemos la paz. Olvidémonos de todo.” Y de repente la China Roja entra en la guerra como aliada de la Unión Soviética. Y nos vencen. Nos aplastan, con tales reparaciones que la mente humana no puede comprender. Imaginen que, después de la derrota, si descubrimos que los chinos en este país, nuestros ciudadanos chinos, que habían sido ciudadanos leales trabajando con nosotros, nos estaban vendiendo a la Unión Soviética. ¿Cómo nos sentiríamos en Estados Unidos sobre los chinos? No creo que ninguno de ellos se atreviera a mostrar su cara en ninguna calle. No habría suficientes lugares para protegerse. Imaginen cómo nos sentiríamos. Bien, así es como los alemanes se sintieron con estos judíos. Habían sido amables con ellos: desde 1905, cuando la primera revolución rusa fracasó, y los judíos empezaron a salir de Rusia, todos fueron a Alemania. Y Alemania les dio refugio. Y se les trató muy bien. Y ellos habían vendido a Alemania simplemente por el hecho de que quería Palestina por la así llamada “Mancomunidad Judía”.
Nahum Sokolowy todos los grandes líderes y grandes nombres que habéis leído que tienen conexión con el Sionismo hoy, en 1919, 1920, 1921, 1922 y 1923 escribieron en todos sus periódicos – y la prensa estaba llena de sus afirmaciones – que el sentimiento contra los judíos en Alemania se debe al hecho de que se dieron cuenta que su gran derrota fue causa de la intercesión de los judíos en meter a Estados Unidos en la guerra. Los mismos judíos lo admitieron. No fue que los alemanes en 1919 descubrieron que un baso de sangre judía sabía mejor que la Coca-Cola o la cerveza Muenschner. No había ningún sentimiento religioso. No había ningún sentimiento en contra de la gente por su creencia religiosa.
Todo era político. Era económico. Era todo menos religioso. A nadie le importaba en Alemania si un judío llegaba a casa y decía “Shema’ Yisroel” o “Padre Nuestro”. A nadie le importaba en Alemania ni en Estados Unidos. Este sentimiento que se desarrolló más tarde en Alemania era debido a una cosa: los alemanes culparon a los judíos por su aplastante derrota. Y la Primera Guerra Mundial había empezado por ninguna razón de la que Alemania era responsable. No eran culpables de nada. Sólo de tener éxito. Construyeron una gran marina.
Crearon el comercio mundial. Debéis recordar que Alemania en la época de la Revolución Francesa consistía en 300 pequeñas ciudades-estado, principados, ducados, etc. Trescientas entidades políticas separadas. Y en ese tiempo, entre el tiempo de Napoleón y Bismarck, se consolidaron en un estado. Y en los siguientes 50 años se convirtieron en una de las potencias mundiales. Su marina rivalizaba con Gran Bretaña, tenían negocios en todo el mundo, podían superar en ventas a cualquiera, podían hacer mejores productos. ¿Qué pasó como resultado de esto?
Todo era político. Era económico. Era todo menos religioso. A nadie le importaba en Alemania si un judío llegaba a casa y decía “Shema’ Yisroel” o “Padre Nuestro”. A nadie le importaba en Alemania ni en Estados Unidos. Este sentimiento que se desarrolló más tarde en Alemania era debido a una cosa: los alemanes culparon a los judíos por su aplastante derrota. Y la Primera Guerra Mundial había empezado por ninguna razón de la que Alemania era responsable. No eran culpables de nada. Sólo de tener éxito. Construyeron una gran marina.
Crearon el comercio mundial. Debéis recordar que Alemania en la época de la Revolución Francesa consistía en 300 pequeñas ciudades-estado, principados, ducados, etc. Trescientas entidades políticas separadas. Y en ese tiempo, entre el tiempo de Napoleón y Bismarck, se consolidaron en un estado. Y en los siguientes 50 años se convirtieron en una de las potencias mundiales. Su marina rivalizaba con Gran Bretaña, tenían negocios en todo el mundo, podían superar en ventas a cualquiera, podían hacer mejores productos. ¿Qué pasó como resultado de esto?
Había una conspiración entre Inglaterra, Francia y Rusia para hundir a Alemania. No hay ningún historiador en el mundo que pueda encontrar una razón válida para que estos tres países decidieran barrer a Alemania del mapa político. Cuando los alemanes se dieron cuenta que los judíos fueron responsables de su derrota, naturalmente se resintieron. Pero a pesar de todo no se tocó ni un pelo de un judío. Ni uno. El profesor Tansill, de la Universidad de Georgetown, que tenía acceso a todos los documentos secretos del Departamento de Estado, escribió en su libro, y citó de un documento del Departamento de Estado escrito por Hugo Schoenfelt, un judío de Cordell Hull enviado a Europa en 1933 para investigar los llamados campos políticos de prisioneros, que escribió que los encontró en muy buenas condiciones.
Estaban en una forma excelente, donde se trataba bien a todo el mundo. Y estaban llenos de comunistas. Bien, muchos de ellos eran judíos, porque los judíos comprendían el 98% de los comunistas de Europa en ese momento. Y había algunos sacerdotes, y ministros, y líderes sindicales, y masones y otros que estaban en organizaciones internacionales. Algo de trasfondo: En 1918-1919 los comunistas tomaron Baviera por unos días. Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht y un grupo de otros judíos tomaron el gobierno por tres días. De hecho, cuando el Káiser acabó la guerra escapó a Holanda porque pensó que los comunistas iban a tomar Alemania como hicieron con Rusia y que iba a tener el mismo destino que el Zar.
Por eso escapó a Holanda, por seguridad. Después que la amenaza comunista fue aplastada en Alemania, los judíos seguían trabajando, intentando volver a su posición inicial, y los alemanes lucharon con ellos en todas las formas posibles sin dañarles un solo pelo de su cabeza. Lucharon con ellos de la misma manera en la que, en este país, los Prohibicionistas lucharon contra alguien que estuviera interesado en el alcohol. No lucharon con pistolas. Esa era la manera con la que luchaban con los judíos en Alemania. Y en ese momento, había de 80 a 90 millones de alemanes, y sólo había 460.000 judíos. Alrededor de menos del 1% de la población de Alemania eran judíos. Y controlaban la prensa, y controlaban la mayor parte de la economía porque habían invertido cuando el marco estaba devaluado y lo habían comprado prácticamente todo.
Estaban en una forma excelente, donde se trataba bien a todo el mundo. Y estaban llenos de comunistas. Bien, muchos de ellos eran judíos, porque los judíos comprendían el 98% de los comunistas de Europa en ese momento. Y había algunos sacerdotes, y ministros, y líderes sindicales, y masones y otros que estaban en organizaciones internacionales. Algo de trasfondo: En 1918-1919 los comunistas tomaron Baviera por unos días. Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht y un grupo de otros judíos tomaron el gobierno por tres días. De hecho, cuando el Káiser acabó la guerra escapó a Holanda porque pensó que los comunistas iban a tomar Alemania como hicieron con Rusia y que iba a tener el mismo destino que el Zar.
Por eso escapó a Holanda, por seguridad. Después que la amenaza comunista fue aplastada en Alemania, los judíos seguían trabajando, intentando volver a su posición inicial, y los alemanes lucharon con ellos en todas las formas posibles sin dañarles un solo pelo de su cabeza. Lucharon con ellos de la misma manera en la que, en este país, los Prohibicionistas lucharon contra alguien que estuviera interesado en el alcohol. No lucharon con pistolas. Esa era la manera con la que luchaban con los judíos en Alemania. Y en ese momento, había de 80 a 90 millones de alemanes, y sólo había 460.000 judíos. Alrededor de menos del 1% de la población de Alemania eran judíos. Y controlaban la prensa, y controlaban la mayor parte de la economía porque habían invertido cuando el marco estaba devaluado y lo habían comprado prácticamente todo.
Los judíos trataron de ocultar este hecho. No querían que el mundo entendiera realmente que habían vendido Alemania, y que los alemanes estaban resentidos por eso. Los alemanes tomaron medidas apropiadas contra los judíos. Ellos los discriminaron siempre que pudieron. Los rehuyeron. Del mismo modo como lo harían con los chinos, o los negros, o los católicos, o cualquiera en este país que nos hubiera vendido al enemigo y nos causara la derrota. Al poco tiempo, los judíos del mundo pidieron una reunión en Amsterdam. Los judíos de cada país fueron a esta reunión en julio de 1933. Y le dijeron a Alemania: “Despedís a Hitler, y ponéis a cada judío en su antiguo puesto tanto si era comunista o cualquier otra cosa.
No podéis tratarnos así. Y nosotros, los judíos del mundo, os estamos dando un ultimátum”. Podéis imaginar lo que contestaron los judíos. ¿Qué hicieron los judíos?. En 1933, cuando Alemania rechazó rendirse en la conferencia mundial de los judíos en Amsterdam, ésta terminó, y el Sr. Samuel Untermyer, que era el cabeza de la delegación americana y el presidente de la conferencia, fue a los Estados Unidos hacia los estudios de Columbia Broadcasting System y emitió por radio lo siguiente, “Los judíos del mundo declaran una Guerra Santa contra Alemania. Estamos involucrados en un conflicto sagrado contra los alemanes. Y vamos a hacer que se rindan. Vamos a hacerles un boicot internacional. Eso los destruirá porque dependen de su negocio de exportación”.
No podéis tratarnos así. Y nosotros, los judíos del mundo, os estamos dando un ultimátum”. Podéis imaginar lo que contestaron los judíos. ¿Qué hicieron los judíos?. En 1933, cuando Alemania rechazó rendirse en la conferencia mundial de los judíos en Amsterdam, ésta terminó, y el Sr. Samuel Untermyer, que era el cabeza de la delegación americana y el presidente de la conferencia, fue a los Estados Unidos hacia los estudios de Columbia Broadcasting System y emitió por radio lo siguiente, “Los judíos del mundo declaran una Guerra Santa contra Alemania. Estamos involucrados en un conflicto sagrado contra los alemanes. Y vamos a hacer que se rindan. Vamos a hacerles un boicot internacional. Eso los destruirá porque dependen de su negocio de exportación”.
Y es un hecho que dos tercios de los suministros de comida alemanes tenían que importarse, y solo se podía importar en relación a lo exportado. Por eso si Alemania no podía exportar, dos tercios de la población Alemana se moriría de hambre. Había suficiente comida para poco más de un tercio de la población. En esta declaración, que tengo aquí, y que fue impresa en el New York Times el 7 de agosto de 1933, el Sr. Samuel Untermyer afirmó que “este boicot económico es nuestro método de defensa.
El presidente Roosevelt ha abogado por su uso en la Administración Nacional de Recuperación”, que algunos de vosotros recordareis, cuando todo el mundo era boicoteado a no ser que siguiera las reglas del New Deal, y que fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema en ese momento. Sin embargo, los judíos del mundo declararon un boicot contra Alemania, y era tan efectivo que no se podía encontrar en el mundo algún producto con las palabras “hecho en Alemania”. De hecho, un ejecutivo de la compañía Wollworth me dijo que tuvieron que tirar millones de dólares de cuberterías y vajillas al río; que sus tiendas fueran boicoteadas por si alguien entraba y encontraba un cubierto “hecho en Alemania”, se les ponían signos que decían “Hitler”, “asesino”, etc., como esas etiquetas que tienen lugar en el sur.
En una tienda que pertenecía a la cadena R. H. Macy, controlada por una familia llamada Strauss, que también era judía, una mujer encontró calcetines que venían de Chemnitz marcados con “hechos en Alemania”. Había calcetines de algodón y podían haber estado allí 20 años, desde que he observado piernas de mujeres durante muchos años y hace mucho tiempo que he visto cualquier tipo de calcetines de algodón en ellas. Ví a Macy boicoteada, con cientos de personas caminando alrededor con carteles que decían “asesinos”, “hitlerianos”, etc. Hasta ese momento, ni un pelo de un judío se tocó en Alemania. No hubo sufrimiento, no pasaban hambre, no hubo asesinatos, no hubo nada.
El presidente Roosevelt ha abogado por su uso en la Administración Nacional de Recuperación”, que algunos de vosotros recordareis, cuando todo el mundo era boicoteado a no ser que siguiera las reglas del New Deal, y que fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema en ese momento. Sin embargo, los judíos del mundo declararon un boicot contra Alemania, y era tan efectivo que no se podía encontrar en el mundo algún producto con las palabras “hecho en Alemania”. De hecho, un ejecutivo de la compañía Wollworth me dijo que tuvieron que tirar millones de dólares de cuberterías y vajillas al río; que sus tiendas fueran boicoteadas por si alguien entraba y encontraba un cubierto “hecho en Alemania”, se les ponían signos que decían “Hitler”, “asesino”, etc., como esas etiquetas que tienen lugar en el sur.
En una tienda que pertenecía a la cadena R. H. Macy, controlada por una familia llamada Strauss, que también era judía, una mujer encontró calcetines que venían de Chemnitz marcados con “hechos en Alemania”. Había calcetines de algodón y podían haber estado allí 20 años, desde que he observado piernas de mujeres durante muchos años y hace mucho tiempo que he visto cualquier tipo de calcetines de algodón en ellas. Ví a Macy boicoteada, con cientos de personas caminando alrededor con carteles que decían “asesinos”, “hitlerianos”, etc. Hasta ese momento, ni un pelo de un judío se tocó en Alemania. No hubo sufrimiento, no pasaban hambre, no hubo asesinatos, no hubo nada.
Naturalmente los alemanes dijeron “¿Quiénes son ellos para declararnos un boicot y despedir a nuestra gente, y parar nuestras industrias? ¿Quienes son para hacernos esto?”. Naturalmente se resintieron: pintaron esvásticas en tiendas judías. ¿Por qué un alemán iba a darle dinero a un comerciante que era parte de un boicot que iba a dejar morir de hambre a Alemania por causa de todos los judíos del mundo, que iban a dictar quien iba a ser el primer canciller?.
Era ridículo. El boicot continuó durante algún tiempo, pero no fue hasta 1938 cuando un joven judío de Polonia fue a la embajada alemana en París y disparó a un oficial alemán, cuando los alemanes realmente empezaron a ponerse duros con los judíos en Alemania. Entonces empezaron a romper ventanas y a tener peleas callejeras. No me gusta usar la palabra “Anti-Semitismo” porque no tiene significado, pero aún significa algo para vosotros, por eso tendré que usarla. La única razón que había en Alemania contra los judíos era que eran responsables de la Primera Guerra Mundial y su boicot mundial. También eran responsables por la Segunda Guerra Mundial, ya que después de que esto se escapara de las manos, era absolutamente necesario para los judíos y Alemania, saber quien iba a sobrevivir en esta guerra.
Mientras tanto, yo había vivido en Alemania, y sabía que los alemanes habían decidido que Europa iba a ser cristiana o comunista: no hay ningún punto medio. Y los alemanes decidieron que iban a mantenerla cristiana si era posible. Y empezaron a rearmarse. En noviembre de 1933 los Estados Unidos reconocieron a la Unión Soviética. La Unión Soviética se estaba volviendo muy poderosa, y Alemania se dio cuenta de que “nuestro cambio se producirá rápido, si no nos fortalecemos”. Lo mismo que decimos nosotros en este país, “nuestro cambio se producirá rápido, si no nos fortalecemos”. Nuestro gobierno está gastando 83 o 84 billones de dólares en defensa. ¿Defensa contra quién? Defensa contra 400.000 pequeños judíos en Moscú que tomaron Rusia, y entonces, de diversas maneras, tomaron control de otros muchos países en el mundo.
Era ridículo. El boicot continuó durante algún tiempo, pero no fue hasta 1938 cuando un joven judío de Polonia fue a la embajada alemana en París y disparó a un oficial alemán, cuando los alemanes realmente empezaron a ponerse duros con los judíos en Alemania. Entonces empezaron a romper ventanas y a tener peleas callejeras. No me gusta usar la palabra “Anti-Semitismo” porque no tiene significado, pero aún significa algo para vosotros, por eso tendré que usarla. La única razón que había en Alemania contra los judíos era que eran responsables de la Primera Guerra Mundial y su boicot mundial. También eran responsables por la Segunda Guerra Mundial, ya que después de que esto se escapara de las manos, era absolutamente necesario para los judíos y Alemania, saber quien iba a sobrevivir en esta guerra.
Mientras tanto, yo había vivido en Alemania, y sabía que los alemanes habían decidido que Europa iba a ser cristiana o comunista: no hay ningún punto medio. Y los alemanes decidieron que iban a mantenerla cristiana si era posible. Y empezaron a rearmarse. En noviembre de 1933 los Estados Unidos reconocieron a la Unión Soviética. La Unión Soviética se estaba volviendo muy poderosa, y Alemania se dio cuenta de que “nuestro cambio se producirá rápido, si no nos fortalecemos”. Lo mismo que decimos nosotros en este país, “nuestro cambio se producirá rápido, si no nos fortalecemos”. Nuestro gobierno está gastando 83 o 84 billones de dólares en defensa. ¿Defensa contra quién? Defensa contra 400.000 pequeños judíos en Moscú que tomaron Rusia, y entonces, de diversas maneras, tomaron control de otros muchos países en el mundo.
El que este país esté en el vértice de la Tercera Guerra Mundial, de la que no podemos emerger victoriosos, es algo que asombra a mi imaginación. Sé que las bombas nucleares se miden en megatoneladas. Una megatonelada es un término que se usa para describir un millón de toneladas de TNT. Nuestras bombas nucleares tenían una capacidad de 10 megatoneladas, o 10 millones de toneladas de TNT, cuando se desarrollaron por primera vez.
Las bombas nucleares que se están desarrollando tienen una capacidad de 200 megatoneladas, y Dios sabe cuantas megatoneladas tienen las bombas de la Unión Soviética. ¿A qué nos enfrentamos? Si nos metemos en una guerra mundial que puede convertirse en guerra nuclear, la humanidad se acaba. ¿Por qué tendría lugar una guerra como esa? Tendrá lugar cuando se levante la cortina del tercer acto: El acto primero era la Primera Guerra Mundial, el acto 2º era la Segunda Guerra Mundial, y el acto tercero será la Tercera Guerra Mundial. Los judíos del mundo, los Sionistas y sus correligionarios en cualquier parte, están determinados en usar de nuevo a Estados Unidos para que los ayuden permanentemente en retener Palestina como la base de su nuevo gobierno mundial. Eso es tan cierto como que estoy de pie aquí. No sólo lo he leído, muchos aquí también lo han hecho, y es sabido en todo el mundo.
Las bombas nucleares que se están desarrollando tienen una capacidad de 200 megatoneladas, y Dios sabe cuantas megatoneladas tienen las bombas de la Unión Soviética. ¿A qué nos enfrentamos? Si nos metemos en una guerra mundial que puede convertirse en guerra nuclear, la humanidad se acaba. ¿Por qué tendría lugar una guerra como esa? Tendrá lugar cuando se levante la cortina del tercer acto: El acto primero era la Primera Guerra Mundial, el acto 2º era la Segunda Guerra Mundial, y el acto tercero será la Tercera Guerra Mundial. Los judíos del mundo, los Sionistas y sus correligionarios en cualquier parte, están determinados en usar de nuevo a Estados Unidos para que los ayuden permanentemente en retener Palestina como la base de su nuevo gobierno mundial. Eso es tan cierto como que estoy de pie aquí. No sólo lo he leído, muchos aquí también lo han hecho, y es sabido en todo el mundo.
¿Qué vamos a hacer? La vida que salvéis puede ser la de vuestros hijos. Vuestros chicos pueden encaminarse a la guerra esta noche; y no sabéis nada al igual que en 1916 en Londres los Sionistas hicieron un trato con el Gabinete de Guerra Británico para enviar a vuestros hijos a la guerra en Europa. ¿Lo sabíais en ese momento? Nadie en Estados Unidos lo sabía. No se os permitió saberlo. ¿Quien lo sabía? El presidente Wilson lo sabía. El Coronel House lo sabía. Otros en el interior lo sabían. ¿Yo lo sabía? Tenía idea de lo que estaba pasando: Yo fui el enlace para Henry Morgenthau, Sr.,en la campaña de 1912 cuando se eligió al presidente Wilson, y cuando se hablaba en la oficina. Yo era el “hombre confidencial” de Henry Morgenthau, Sr.,que era presidente del comité de finanzas, y yo era el enlace entre él y Rollo Wells, el tesorero.
Por eso me sentaba en esas reuniones con el presidente Wilson a la cabeza de la mesa, y todos los demás, y oí como le zumbaban en la cabeza sobre la tasa de ingreso y lo que se ha convertido en la Reserva Federal, y los oí adoctrinarle con el movimiento Sionista. Justice Brandeis y el presidente Wilson estaban tan cerca como dos dedos de una mano. El presidente Woodrow Wilson era sólo un incompetente cuando se trataba de determinar qué es lo que pasaba. Así es como nos metieron en la Primera Guerra Mundial, mientras todos dormíamos. Mandaron a nuestros chicos al matadero. ¿Para qué? Para que los judíos tuvieran Palestina como su “mancomunidad”. Os han idiotizado tanto que no sabéis si vais o venís.
Cualquier juez, cuando escoge un jurado, dice, “Señores, cualquier testigo que encuentren que ha mentido, pueden desestimar su testimonio”. No sé de qué estados venís, pero en Nueva York esa es la manera en la que un juez se dirige al jurado. Si un testigo miente, se desestima su testimonio. ¿Cuáles son los hechos sobre los judíos? Los judíos de la Europa del Este, que forman el 92% de la población mundial de los que se llaman asimismo judíos, eran originalmente Khazars. Eran una tribu guerrera que vivían en el corazón de Asia. Y eran tan guerreros que incluso los asiáticos los echaron de Asia hacia el este de Europa. Establecieron un gran reino Khazar de 800,000 millas cuadradas. En ese momento, Rusia no existía, ni muchos otros países europeos. El reino Khazar era el más grande de Europa – tan grande y tan poderoso que cuando otros monarcas quisieron ir a la guerra, los Khazares les prestarían 40,000 soldados. Así eran de grandes y poderosos.
Por eso me sentaba en esas reuniones con el presidente Wilson a la cabeza de la mesa, y todos los demás, y oí como le zumbaban en la cabeza sobre la tasa de ingreso y lo que se ha convertido en la Reserva Federal, y los oí adoctrinarle con el movimiento Sionista. Justice Brandeis y el presidente Wilson estaban tan cerca como dos dedos de una mano. El presidente Woodrow Wilson era sólo un incompetente cuando se trataba de determinar qué es lo que pasaba. Así es como nos metieron en la Primera Guerra Mundial, mientras todos dormíamos. Mandaron a nuestros chicos al matadero. ¿Para qué? Para que los judíos tuvieran Palestina como su “mancomunidad”. Os han idiotizado tanto que no sabéis si vais o venís.
Cualquier juez, cuando escoge un jurado, dice, “Señores, cualquier testigo que encuentren que ha mentido, pueden desestimar su testimonio”. No sé de qué estados venís, pero en Nueva York esa es la manera en la que un juez se dirige al jurado. Si un testigo miente, se desestima su testimonio. ¿Cuáles son los hechos sobre los judíos? Los judíos de la Europa del Este, que forman el 92% de la población mundial de los que se llaman asimismo judíos, eran originalmente Khazars. Eran una tribu guerrera que vivían en el corazón de Asia. Y eran tan guerreros que incluso los asiáticos los echaron de Asia hacia el este de Europa. Establecieron un gran reino Khazar de 800,000 millas cuadradas. En ese momento, Rusia no existía, ni muchos otros países europeos. El reino Khazar era el más grande de Europa – tan grande y tan poderoso que cuando otros monarcas quisieron ir a la guerra, los Khazares les prestarían 40,000 soldados. Así eran de grandes y poderosos.
Eran adoradores del falo, que es mugriento y no quiero entrar ahora en detalles. Pero esa era su religión, como también lo era de otros paganos y bárbaros en otras partes del mundo. El rey Khazar se disgustó tanto con la degeneración de su reino que decidió adoptar una fe monoteísta – ya fuera Cristianismo, Islam o lo que se conoce ahora como Judaísmo, que es realmente Talmudismo. Girando una rueda y diciendo “eeny, meeny, miney, moe”, escogieron el Judaísmo. Y se convirtió en la religión del estado. Fueron a las escuelas talmúdicas de Pumbedita y Sura y trajeron miles de rabinos, y abrieron sinagogas y escuelas, y su gente se convirtió en lo que llamamos judíos. No había ninguno de ellos que tuviera un antepasado que hubiera puesto un pie en Tierra Santa. No sólo en la historia del Antiguo Testamento, sino al principio de todo. ¡Ninguno de ellos! Y así vienen a los cristianos y nos piden apoyo en sus insurrecciones armadas en Palestina diciendo, “Queréis ayudar a repatriar al pueblo elegido por Dios a su tierra prometida, su patria ancestral, ¿verdad?. Es vuestro deber cristiano. Os dimos a uno de nuestros chicos como vuestro Señor y Salvador. Ahora vais a la iglesia los domingos, y os arrodilláis y adoráis a un judío, y nosotros somos judíos”. Pero son paganos Khazars que se convirtieron igual que se convirtió a los irlandeses. Es tan ridículo llamarlos “la gente de la Tierra Prometida”, como sería llamar a los 54 millones de musulmanes chinos “árabes”. Mahoma murió en el 620 después de Cristo. Y desde entonces 54 millones de chinos han aceptado el Islam como su creencia religiosa. Imaginad, en China, a 2000 millas de Arabia, de la Meca, el lugar de nacimiento de Mahoma. Imaginad que estos 54 millones de chinos deciden llamarse “árabes”. Diríais que son unos lunáticos. Alguien que crea que estos 54 millones de chinos son árabes deben estar locos.
Todo lo que hicieron fue adoptar como fe religiosa una creencia que tenía su origen en la Meca, en Arabia. Igual que los irlandeses. Cuando los irlandeses se convirtieron al cristianismo, nadie los tiró al océano y los llevó a la Tierra Prometida. No se han convertido en gente diferente. Eran los mismos, pero aceptaron el cristianismo como fe religiosa. Esos Khazars, esos paganos, esos asiáticos, esos turco-finlandeses, eran una raza mongoloide que fueron echados de Asia a Europa del Este. Ya que su rey adoptó la fe talmúdica, no tuvieron elección. Igual que en España: si el rey era católico, todo el mundo debía serlo. Si no, debías salir de España. Por eso los Khazares se convirtieron en lo que hoy llamamos judíos. Imaginad lo estúpido que era para los grandes países cristianos del mundo decir, “vamos a usar nuestro poder y prestigio para repatriar al pueblo elegido por Dios a su tierra ancestral, su Tierra Prometida”. ¿Podía haber una mentira más grande que esa? Ya que controlan los periódicos, las revistas, la radio, la televisión, las editoriales, y tienen ministros en el púlpito y políticos que hablan el mismo idioma, no es sorprendente que os creáis esa mentira. Creeríais que el negro es blanco si lo oyerais a menudo. No podrías llamar negro al negro nunca más – empezaríais a llamarlo blanco. Y nadie podría culparos.
Esa es una de las grandes mentiras de la historia. Es el fundamento de toda la miseria que ha caído en el mundo. ¿Sabéis lo que hacen los judíos en el Día de la Expiación, que creéis que es tan sagrado para ellos? Yo era uno de ellos. Esto no son rumores. No estoy aquí para ser un agitador de masas. Estoy aquí para daros hechos. Cuando, en el Día de la Expiación, entras en una sinagoga, te quedas de pie desde la primera oración que recitas. Es por la única oración por la que te levantas. Repites tres veces una oración corta llamada Kol Nidre. En esta oración, entras en un acuerdo con Dios Todopoderoso que cualquier juramento, reverencia o ruego que hagas durante los siguientes doce meses debe anularse. El juramento no debe ser un juramento; la reverencia no debe ser una reverencia; el ruego no debe ser un ruego. No deben tener poder o efecto. Y además, el Talmud enseña que siempre que hagáis un juramento, reverencia o ruego, debéis recordar el Kol Nidre que recitasteis en el Día de la Expiación, y estas exento de cumplirlas. ¿Cuanto podéis depender de su lealtad? Podéis depender de su lealtad tanto como los alemanes dependieron en 1916. Vamos a sufrir el mismo destino que sufrió Alemania, y por la misma razón.
letra muy chiquita pero bien
ReplyDeleteGracias Vito saludos ...
DeleteYa se corrigio el tamaño de la letra.
ReplyDeleteGracias Tyler perdón se me paso eso saludos ...
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