Detener la política pro-Sionista y anti-palestina y contra Irán del
gobierno Kirchner.
El gobierno de Néstor Kirchner y ahora el de Cristina Fernández de Kirchner se han preocupado de mantener lazos estrechos con el Sionismo y han colaborado activamente con la política de Israel y EEUU contra Irán utilizando acusaciones improbables contra ciudadanos Iraníes como presuntos responsables de los atentados contra la AMIA y la Embajada de Israel.
El gobierno de Néstor Kirchner y ahora el de Cristina Fernández de Kirchner se han preocupado de mantener lazos estrechos con el Sionismo y han colaborado activamente con la política de Israel y EEUU contra Irán utilizando acusaciones improbables contra ciudadanos Iraníes como presuntos responsables de los atentados contra la AMIA y la Embajada de Israel.
La DAIA y la AMIA, que teóricamente son organizaciones sin fines de lucro
destinadas a intermediar servicios y ayuda a la comunidad judía argentina, han
estado trabajando estrechamente con el gobierno de Israel y su embajada en
nuestro país, así como con el gobierno norteamericano, para utilizar a la
Argentina como una de las excusas que justifiquen la posible invasión de Irán so
pretexto del terrorismo islámico.
Ambas organizaciones viajan continuamente a Israel y a Washington para
recibir instrucciones y no precisamente sobre como mejor desarrollar sus
programas de ayuda mutua en la comunidad.
La DAIA y AMIA han estado actuando así como representantes o agentes del
gobierno de Israel y organizando un “lobby” en la Argentina similar al que
funciona en EEUU para influenciar la política de estado a favor de Israel y su
política exterior.
Dirigentes de la AMIA y la DAIA son parte de la coordinación de fondos para campañas electorales y entre sus miembros figuran donantes de primer orden a las campañas presidenciales de CFK y, en menor medida, para la del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri y la organización política de Lilita Carrio, quienes también han demostrado predilección por el apoyo a la política sionista y privilegiado sus relaciones con la Embajada de Israel en Buenos Aires, la DAIA y la AMIA.
Dirigentes de la AMIA y la DAIA son parte de la coordinación de fondos para campañas electorales y entre sus miembros figuran donantes de primer orden a las campañas presidenciales de CFK y, en menor medida, para la del Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri y la organización política de Lilita Carrio, quienes también han demostrado predilección por el apoyo a la política sionista y privilegiado sus relaciones con la Embajada de Israel en Buenos Aires, la DAIA y la AMIA.
La DAIA y la AMIA, para conseguir sus propósitos, mantienen bajo cuatro
cerrojos a la comunidad judía argentina arrogándose la representación exclusiva,
con apoyo de resoluciones oficiales, viajes pagos a funcionarios nacionales y
municipales a Israel y dicen representar a los 230.000 judíos argentinos, muchos
de cuyos intelectuales y jóvenes rechazan la política del gobierno de Israel y
no acuerdan con las posiciones provocativas de los dirigentes de la DAIA y la
AMIA, así como las de la OSA (Organización Sionista Argentina), su brazo
político. Sin embargo, estas voces disidentes de la comunidad judía son
sistemáticamente marginalizadas e ignoradas por la dirigencia política y por los
medios de difusión de nuestro país.
El Kirchnerismo no se ha detenido allí, sin embargo. Con la colaboración del
gobierno brasileño de Lula han diseñado un programa de libre comercio con Israel
completamente favorable a esta potencia extra continental para suplirla de
materias primas y productos agrarios a cambio de inversiones y apoyo técnico
Israelí en los campos agrarios e industrial. No existe ninguna razón de peso
para este tratado de libre comercio más allá de la necesidad de Israel de pagar
los buenos servicios a su causa del gobierno de nuestro país y la del
Kirchnerismo de ganarse la consideración del imperialismo y su socio
privilegiado en el Medio Oriente.
Esta política del gobierno nacional va directamente en contra del pueblo
palestino quien se halla prisionero en una cárcel de acero tendida por Israel en
los ghethos de Gaza y Cisjordnaria (actualmente Gaza se halla bloqueada por
Israel de tal manera de producir una crisis humanitaria en el área) y contra los
países del Medio Oriente, como Irán, que resisten someterse a los designios
imperiales en el área. Lejos de pronunciarse contra los crímenes del gobierno
Israelí contra el pueblo palestino y las provocaciones contra Irán, colaboran en
sus políticas y han aceptado comprometerse económicamente a través de un tratado
de libre comercio con ella y privilegiando, como únicos interlocutores de los
judíos argentinos, a quienes fungen como sus representantes políticos
disfrazados de organizaciones de bien común de la comunidad.
La política del gobierno de los Kirchner atenta contra todo intento de
política contra la intervención imperial en el Medio Oriente, ubica a nuestro
país como aliado estratégico de EEUU e Israel en esta política y desdice los
reclamos que hace el gobierno de su presunta “defensa de los derechos humanos”
acogiéndose al apoyo de gobiernos que, como los de EEUU e Israel, los violan
sistemáticamente.
Las organizaciones de izquierda, democráticas y de DDHH deben condenar
enérgicamente esta alianza de nuestro país con el eje intervencionista en EEUU y
de Israel y exigir la inmediata cancelación del tratado de libre comercio con
Israel, el fin de la complicidad Argentina en la campaña de provocaciones contra
Irán dirigida desde Washington y la eliminación de los privilegios y derechos de
exclusividad de quienes sirven en nuestro territorio como agentes de gobiernos
extranjeros, como la DAIA y la AMIA.
Al mismo tiempo, estas organizaciones deben exigir del gobierno nacional una
firme postura de condena del apartheid impuesto por Israel en Palestina, el
retiro de las fuerzas militares de ocupación de Iraq y Afganistán y retirar los
cargos sin probar contra funcionarios Iraníes y el pedido realizado ante
INTERPOL para su arresto sin pruebas contundentes y que hoy utiliza el gobierno
de EEUU como parte de su campaña de provocaciones contra Irán.
En relación a Israel, debe organizarse un boicot similar al que se realizo
internacionalmente contra el apartheid en Sudáfrica para que, como aquel régimen
racista fue obligado a retroceder en sus ataques contra los negros, este deponga
sus ataques contra el pueblo palestino.
Los jóvenes e intelectuales judíos argentinos tienen en esto una gran
responsabilidad: la de hacer oir sus voces de protesta contra esta política de
los dirigentes de la DAIA y la AMIA y alzarse contra la política criminal del
gobierno de Israel en Gaza, Palestina, el Medio Oriente y en nuestro propio
país.
Desmintiendo así el estereotipo fomentado por las organizaciones Sionistas de que los intereses de estos últimos corresponden a los intereses de la comunidad de judíos argentinos.
Desmintiendo así el estereotipo fomentado por las organizaciones Sionistas de que los intereses de estos últimos corresponden a los intereses de la comunidad de judíos argentinos.
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