El expresidente egipcio declaró, desde la prisión, que Washington y Tel Aviv se han propuesto destruir a los gobiernos de Libia, Sudán, Siria y posteriormente Jordania; objetivo que ya lograron en las primeras dos naciones y que actualmente persiguen en Damasco.
El expresidente de Egipto, Hosni Mubarak, reveló este fin de semana un presunto plan para dividir a toda la región de Medio Oriente, orquestado de forma conjunta por los gobiernos de Estados Unidos e Israel, y el cual cuenta con el respaldo de otros Estados aliados a Occidente.
Desde la prisión de Tora, en El Cairo, donde se encuentra recluido, Mubarak aseguró que Washington y Tel Aviv se han propuesto destruir a los regímenes de Libia, Sudán, Siria y posteriormente Jordania; un objetivo que ya lograron en las primeras dos naciones y que actualmente persiguen en Damasco.
En relación a Jordania, el exmandatario egipcio afirmó que la intención es convertir a esta nación árabe en una patria para el pueblo palestino, pues de esa manera todos los territorios ocupados palestinos quedarían oficialmente en manos de los israelíes.
Mubarak concedió una entrevista al diario egipcio El-Fagr, en la cual indicó que Egipto fue el primer paso mancomunado de EE.UU. y sus aliados para lograr sus objetivos.
Recordó que el plan fue dividir a Egipto, derrocar a todo los regímenes árabes y crear un profundo caos en la región, para así disminuir el poder de los árabes en caso de un posible enfrentamiento con el régimen israelí.
Igualmente, tildó la revolución egipcia como un “disturbio”, y agregó que el exjefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas egipcias, Husein Tantawi, le traicionó por poder.
“Lo que emergió en Egipto fue un plan internacional estadounidense-israelí que data de hasta hace 60 años, cuyo objetivo primordial es dividir Oriente Medio y, por añadidura, separar a Egipto en tres pequeños países”, declaró Mubarak según el rotativo.
En ese sentido, aseveró que la llegada al poder de la Hermandad Musulmana, en la personas de Mohamed Mursi, se concretó “bajo la aprobación total de Estados Unidos y el régimen de Tel Aviv”.
En junio pasado, el Tribunal Penal de El Cairo condenó a Mubarak a cadena perpetua por por su complicidad en el asesinato de 850 manifestantes, durante los 18 días de revueltas que forzaron su salida del poder, en febrero de 2011.
De forma inmediata, la Fiscalía ordenó su traslado y reclusión en la cárcel de Tora, ubicada al sur de El Cairo, capital egipcia
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