Uno de los 3 bribones que habrán de disputarse el trono sobre los escombros de México, ha venido a nuestras tierras a demandarnos silencio. Es el mismo que no acaba de madurar y reconocer sus errores y tropiezos. El mismo que encabeza un gr…upo ávido de poder, pleno de intolerancia, que buscó, busca y buscará la responsabilidad de sus torpezas y esquizofrenias en otros. Con un discurso más cercano a Gaby Vargas y a Cuauhtémoc Sánchez que a Alfonso Reyes, ahora predica y fundamenta sus ambiciones en el amor… a la derecha.
¿Aquellos que le criticaron a Javier Sicilia sus muestras de afecto para con la clase política, criticarán ahora la “República Amorosa”? ¿Esos que se sumaron y predicaron el que Televisa era el mal a vencer, criticarán ahora el amoroso apretón de manos con el lacayo del horario estelar?
¿Escribirá ahora Octavio Rodríguez Araujo un artículo demandando “congruencia, líder, congruencia”? ¿John Ackerman le exigirá radicalidad argumentando que eso es lo que la gente quiere y espera? ¿El ciro-gómez-leyva de La Jornada, Jaime Avilés, lanzará a sus camisas pardas de cal y canto a denunciarlo por negociar con los chuchos, los empresarios, su odiado López Dóriga? ¿El laura-bozzo de La Jornada, Guillermo Almeyra, lo juzgará y condenará por colaboracionista entonando el estribillo de “¡que pase el desgraciado!”?
No, mirarán para otro lado. Dirán que es una cuestión táctica, que está usando eso para ganar votos con la clase media. Bien, así que nada es lo que parece: el plantón de Reforma no fue para exigir el recuento de votos que hubiera hecho evidente el fraude, sino para que la gente no se radicalizara; las críticas a Televisa no fueron para denunciar el poder de los monopolios mediáticos, sino para que se le abrieran los espacios de esa empresa (y ser de nuevo su cliente en los spots electorales). ¿Qué sigue? ¿Las brigadas juntando recursos para el teletón?
Pero nosotros podríamos entender que él esté sólo siguiendo una táctica (torpe e ingenua, según nosotros, pero una táctica). Que no crea en serio que los empresarios lo van a apoyar, que los chuchos no lo van a traicionar, que el PT y el Movimiento Ciudadano son partidos de izquierda, que Televisa está cambiando, que su interlocutor privilegiado en Chiapas debe ser el priismo (como antes lo fue el sabinismo). Incluso que crea que es más inteligente que todos ellos y que los va a embaucar a todos simulando que les sirve, o intercambiando usos y costumbres en el imposible juego político de “todos ganan” y “amor y paz”.
Ok, es una táctica… o una estrategia (de todas formas no entienden lo que es una y otra cosa). Lo que se constata es que él suma a su derecha (desertores del PAN incluidos) y que nada aparece a su izquierda. Sigue los mismos pasos de su antecesor, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que se acomidió con los poderosos, apostando a que las izquierdas no tendrían más remedio que apoyarlo “porque no hay otra cosa”. Ok de nuevo, estrategia o táctica, ya lo explicarán los moneros en sus talleres. Nosotros sólo preguntamos: ¿cuándo, en México, le ha dado resultado positivo a la izquierda el correrse a la derecha? ¿Cuándo el ser serviles con los poderosos ha ido más allá de divertirlos? Cierto, los “chuchos” pueden dar cuenta del éxito de esa táctica política (¿o estrategia?), pero no se trata de transitar el mismo camino… ¿o sí?
Mientras tanto, el grupo porril ilustrado que lo promueve seguirá haciendo malabares para justificar el cambio de rumbo… o apostarán a la desmemoria.
De todas formas, no faltará a quien culpar del tercer lugar, ¿no?
Vale de nuevo.
El Sup fumando y esperando el alud de calumnias que, en nombre de la “libertad de expresión” y sin derecho a réplica, prepara la oposición de arriba.
SCI Marcos.
¿Aquellos que le criticaron a Javier Sicilia sus muestras de afecto para con la clase política, criticarán ahora la “República Amorosa”? ¿Esos que se sumaron y predicaron el que Televisa era el mal a vencer, criticarán ahora el amoroso apretón de manos con el lacayo del horario estelar?
¿Escribirá ahora Octavio Rodríguez Araujo un artículo demandando “congruencia, líder, congruencia”? ¿John Ackerman le exigirá radicalidad argumentando que eso es lo que la gente quiere y espera? ¿El ciro-gómez-leyva de La Jornada, Jaime Avilés, lanzará a sus camisas pardas de cal y canto a denunciarlo por negociar con los chuchos, los empresarios, su odiado López Dóriga? ¿El laura-bozzo de La Jornada, Guillermo Almeyra, lo juzgará y condenará por colaboracionista entonando el estribillo de “¡que pase el desgraciado!”?
No, mirarán para otro lado. Dirán que es una cuestión táctica, que está usando eso para ganar votos con la clase media. Bien, así que nada es lo que parece: el plantón de Reforma no fue para exigir el recuento de votos que hubiera hecho evidente el fraude, sino para que la gente no se radicalizara; las críticas a Televisa no fueron para denunciar el poder de los monopolios mediáticos, sino para que se le abrieran los espacios de esa empresa (y ser de nuevo su cliente en los spots electorales). ¿Qué sigue? ¿Las brigadas juntando recursos para el teletón?
Pero nosotros podríamos entender que él esté sólo siguiendo una táctica (torpe e ingenua, según nosotros, pero una táctica). Que no crea en serio que los empresarios lo van a apoyar, que los chuchos no lo van a traicionar, que el PT y el Movimiento Ciudadano son partidos de izquierda, que Televisa está cambiando, que su interlocutor privilegiado en Chiapas debe ser el priismo (como antes lo fue el sabinismo). Incluso que crea que es más inteligente que todos ellos y que los va a embaucar a todos simulando que les sirve, o intercambiando usos y costumbres en el imposible juego político de “todos ganan” y “amor y paz”.
Ok, es una táctica… o una estrategia (de todas formas no entienden lo que es una y otra cosa). Lo que se constata es que él suma a su derecha (desertores del PAN incluidos) y que nada aparece a su izquierda. Sigue los mismos pasos de su antecesor, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que se acomidió con los poderosos, apostando a que las izquierdas no tendrían más remedio que apoyarlo “porque no hay otra cosa”. Ok de nuevo, estrategia o táctica, ya lo explicarán los moneros en sus talleres. Nosotros sólo preguntamos: ¿cuándo, en México, le ha dado resultado positivo a la izquierda el correrse a la derecha? ¿Cuándo el ser serviles con los poderosos ha ido más allá de divertirlos? Cierto, los “chuchos” pueden dar cuenta del éxito de esa táctica política (¿o estrategia?), pero no se trata de transitar el mismo camino… ¿o sí?
Mientras tanto, el grupo porril ilustrado que lo promueve seguirá haciendo malabares para justificar el cambio de rumbo… o apostarán a la desmemoria.
De todas formas, no faltará a quien culpar del tercer lugar, ¿no?
Vale de nuevo.
El Sup fumando y esperando el alud de calumnias que, en nombre de la “libertad de expresión” y sin derecho a réplica, prepara la oposición de arriba.
SCI Marcos.
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