"El candidato de la alianza por el bien de todos estaba ya nervioso desde días atrás cuando comprendió el tamaño de la metida de pata que cometió cuando en la entrevista con López Dóriga se comparó con Jesucristo y nunca dijo qué religión profesa (¿tan difícil es reconocer lo que todo mundo sabe en el mundo político, que el candidato es presbiteriano?, ¿por qué ocultar una fe tan respetable como cualquier otra?) y días después terminó insultando en un mitin a la coordinadora de campaña de Felipe Calderón, la ex secretaria de la Sedesol Josefina Vázquez Mota, llamándola “hipócrita y mentirosa” sin que tuviera razón alguna para hacerlo. Luego argumentó que quizás se había pasado, pero que algunas cosas “lo calientan”. Dos muestras más de su personalidad política."